ACTUALIZACIÓN A ABRIL 14 de 2016
ACTUALIZACIÓN A FEBRERO 23 de 2015
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Siento una voz que me dice...
Por Medardo
Arias Satizábal
Castillo
de Proa, El País, Cali, Abril 14, 2016
Cada
vez que muere un viejo, con él se va un mundo, el patrimonio inapreciable de
tiempo y memorias acumuladas, tantas veces más valiosas que cualquier libro.
Quizá
por ello he tenido siempre la buena amistad de un mayor de 80 años. Cuando se
fue el poeta Helcías Martán Góngora, con él viajó parte del Siglo XVIII y todo
el XIX. En esa sucesión de amistades plenas de sabiduría, están Luis
Eizaguirre, el profesor de literatura, chileno, que heredé de Alfredo Bryce
Echenique en Connecticut, y Carlos
Alberto Caicedo Arboleda, el padre de Andrés Caicedo Estela.
.... Sigue en: http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/medardo-arias-satizabal/siento-voz-me-dice
.ACTUALIZACIÓN A FEBRERO 23 de 2015
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*** 7 de Marzo, 2015, Cali, 6:30 PM
*** PLENILUNIO- 12 años - . Encuentro No. 124. Revista Plenilunio No. 59. Homenaje a Carlos Alberto Caicedo *. Reseña por Eduardo Luna. Leerán poemas: José Arciniegas Herrera, Leonel Arango Ruíz, Andrés Arango Velasco, Samira Betancourt-García y Ancizar Arana Cruz. De Carlos Alberto Caicedo: sus hijas y familiares. / Concertino musical: burundanga & wiener blues. Por Wolf Ratz **. / Exposición de pintura, Mandalas. Por Edgar Jenaro Jiménez Gómez . Lugar: Mezanine, Comfenalco Valle, Torre C. Calle 5 # 6 – 63. Entrada libre. Fundación Plenilunio, pleniluniocali@gmail.com / * http://ntc-eventos.blogspot.com/2009_06_07_archive.html y AQUÍ. // ** https://www.youtube.com/user/wolfratz, https://www.facebook.com/wolfgang.ratz , http://youtu.be/7DkJSyk6Abg /// Click derecho sobre las imágenes para ampliarlas en una nueva ventana. Luego click sobre la imagen para mayor ampliación
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ACTUALIZACIÓN A FEBRERO 7 de 2010.
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Palabras de su hija Pilar en la Misa. Febrero 7, 2010.
Papito:
Desde el cielo donde ya te debes haber encontrado con mi mamá y Andrés, debes estar diciendo sorprendido …, qué raro, la que está hablando es Pilar, ella es buena para los número pero no para escribir!!
Pero se te olvida , que todas las horas vividas a tu lado, todas las sobremesas compartidas, todas las correcciones gramaticales, todos los libros comentados, tuvieron un efecto suficiente en tu hija, para escribirte hoy que no estás, estas palabras.
Palabras que no pretenden otra cosa que recordar tu vida, esa vida que viviste larga pero plenamente!!
Una vida que se inicia en la muy ilustre ciudad de Popayán en los inicios del siglo pasado, hecho que te marcó y distinguió por siempre, pues no importó que hubieras vivido más de 65 años en Cali, siempre te consideraste un patojo, y regresaste a la ciudad blanca cuantas veces pudiste. Como nos enseñaste a amarla! Como nos explicabas mil veces las tradiciones, las comidas, las calles, las procesiones, los pasos…. y hasta los enredos de las familias.
Una vida que se consolida en esa unión con mi madre, unión que crece en el dolor, en las pérdidas tempranas de los hijos y que se rompe en dos, con la muerte de Andrés. Muerte que te hace resurgir como el Ave Fénix de las propias cenizas de tu dolor, y encontrarle un nuevo sentido a tu vida....la obra de tu hijo, esa obra que antes habías, por decir lo menos ignorado.
Con que valentía asumes ese nuevo sentido!! Se necesita mucho coraje para adentrarse en el meollo mismo de los propios errores y enfrentarlos. Se necesita mucha grandeza para pararse en todos los foros donde hablaban de tu hijo, para confesar tus incomprensiones. Y recorres muchas veces ese camino, camino que te lleva a encontrar que en el fondo, Andrés y tú, tenían un mismo amor…. La palabra escrita y bien escrita por favor!!!
Cuantas horas dedicadas a leer y releer, corregir y subrayar, gazapear y disfrutar gazapeando!! Y cuando se te quedó corto el mundo al que tenias acceso en Cali, te diste cuenta que un computador te podía llevar más allá. A la nada despreciable edad de 75 años, te enfrentaste al desafío de sentarte ante un teclado y descubrir un mundo nuevo para ti. Y lo lograste!! Nuevamente cuantas horas dedicadas a recorrer foros gramaticales y a interactuar con enamorados de la lengua como tú.
Si esto, refiriéndose a los procesadores de palabra, hubiera existido antes, yo hubiera sido escritor de tiempo completo me dijiste alguna vez!!!
Y fue en el computador, donde logras llenar las horas vacías que te deja la muerte de mi mamá. Allí corriges una y otra vez, lo ya corregido. Escribes correos y te mantienes en contacto con tus hijas y nietos dispersos por el mundo, y sigues escribiendo poesía, tu género preferido.
Papito, te recordaremos siempre con un libro en la mano, rodeado de libros y diccionarios, y sobre todo en los últimos años cuando superaste el deber de ser bravo porque eras Caicedo, siempre con una frase amable y una mirada pícara en los ojos.
En Diciembre pasado, que llegue a visitarte, al preguntarte que estabas leyendo, me dijiste Nada… en ese momento, me di cuenta que el final estaba cerca… pero nunca pensé que tan cerca.
Cito aquí una frase tuya que mantuviste siempre enmarcada en tu biblioteca: “ERES TAN VIEJO COMO TUS RECUERDOS Y TAN JOVEN COMO TUS ILUSIONES Y ESPERANZAS” Tus ilusiones y esperanzas, seguirán siempre en las mentes de tus 10 nietos y hasta ahora 11 bisnietos que crecerán oyendo hablar de Papeto, y tus recuerdos los tenemos grabados todos en nuestra mente y corazones.
Parodiando a Amado Nervo, hoy tus tres hijas podemos decir con dolor profundo y por qué no, inmenso orgullo… …NADA TE DEBEMOS, PAPITO ESTAMOS EN PAZ!
Febrero 7 de 2010
Papito:
Desde el cielo donde ya te debes haber encontrado con mi mamá y Andrés, debes estar diciendo sorprendido …, qué raro, la que está hablando es Pilar, ella es buena para los número pero no para escribir!!
Pero se te olvida , que todas las horas vividas a tu lado, todas las sobremesas compartidas, todas las correcciones gramaticales, todos los libros comentados, tuvieron un efecto suficiente en tu hija, para escribirte hoy que no estás, estas palabras.
Palabras que no pretenden otra cosa que recordar tu vida, esa vida que viviste larga pero plenamente!!
Una vida que se inicia en la muy ilustre ciudad de Popayán en los inicios del siglo pasado, hecho que te marcó y distinguió por siempre, pues no importó que hubieras vivido más de 65 años en Cali, siempre te consideraste un patojo, y regresaste a la ciudad blanca cuantas veces pudiste. Como nos enseñaste a amarla! Como nos explicabas mil veces las tradiciones, las comidas, las calles, las procesiones, los pasos…. y hasta los enredos de las familias.
Una vida que se consolida en esa unión con mi madre, unión que crece en el dolor, en las pérdidas tempranas de los hijos y que se rompe en dos, con la muerte de Andrés. Muerte que te hace resurgir como el Ave Fénix de las propias cenizas de tu dolor, y encontrarle un nuevo sentido a tu vida....la obra de tu hijo, esa obra que antes habías, por decir lo menos ignorado.
Con que valentía asumes ese nuevo sentido!! Se necesita mucho coraje para adentrarse en el meollo mismo de los propios errores y enfrentarlos. Se necesita mucha grandeza para pararse en todos los foros donde hablaban de tu hijo, para confesar tus incomprensiones. Y recorres muchas veces ese camino, camino que te lleva a encontrar que en el fondo, Andrés y tú, tenían un mismo amor…. La palabra escrita y bien escrita por favor!!!
Cuantas horas dedicadas a leer y releer, corregir y subrayar, gazapear y disfrutar gazapeando!! Y cuando se te quedó corto el mundo al que tenias acceso en Cali, te diste cuenta que un computador te podía llevar más allá. A la nada despreciable edad de 75 años, te enfrentaste al desafío de sentarte ante un teclado y descubrir un mundo nuevo para ti. Y lo lograste!! Nuevamente cuantas horas dedicadas a recorrer foros gramaticales y a interactuar con enamorados de la lengua como tú.
Si esto, refiriéndose a los procesadores de palabra, hubiera existido antes, yo hubiera sido escritor de tiempo completo me dijiste alguna vez!!!
Y fue en el computador, donde logras llenar las horas vacías que te deja la muerte de mi mamá. Allí corriges una y otra vez, lo ya corregido. Escribes correos y te mantienes en contacto con tus hijas y nietos dispersos por el mundo, y sigues escribiendo poesía, tu género preferido.
Papito, te recordaremos siempre con un libro en la mano, rodeado de libros y diccionarios, y sobre todo en los últimos años cuando superaste el deber de ser bravo porque eras Caicedo, siempre con una frase amable y una mirada pícara en los ojos.
En Diciembre pasado, que llegue a visitarte, al preguntarte que estabas leyendo, me dijiste Nada… en ese momento, me di cuenta que el final estaba cerca… pero nunca pensé que tan cerca.
Cito aquí una frase tuya que mantuviste siempre enmarcada en tu biblioteca: “ERES TAN VIEJO COMO TUS RECUERDOS Y TAN JOVEN COMO TUS ILUSIONES Y ESPERANZAS” Tus ilusiones y esperanzas, seguirán siempre en las mentes de tus 10 nietos y hasta ahora 11 bisnietos que crecerán oyendo hablar de Papeto, y tus recuerdos los tenemos grabados todos en nuestra mente y corazones.
Parodiando a Amado Nervo, hoy tus tres hijas podemos decir con dolor profundo y por qué no, inmenso orgullo… …NADA TE DEBEMOS, PAPITO ESTAMOS EN PAZ!
Febrero 7 de 2010
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Falleció Carlos Alberto Caicedo A.*
Murió el viernes, 5 de Febrero, 2010, a las 10:30 AM, en Cali don Carlos Alberto Caicedo Arboleda - 6 de Junio, 1919 (Popayán)- Febrero 5, 2010 (Cali) - payanés de origen y caleño por adopción, ciudad donde vivió 70 años de su larga vida, desde su matrimonio con Doña Nellie Estela.
Murió el viernes, 5 de Febrero, 2010, a las 10:30 AM, en Cali don Carlos Alberto Caicedo Arboleda - 6 de Junio, 1919 (Popayán)- Febrero 5, 2010 (Cali) - payanés de origen y caleño por adopción, ciudad donde vivió 70 años de su larga vida, desde su matrimonio con Doña Nellie Estela.
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Sacándole el tiempo a las empresas en las que trabajo como directivo, su real pasión fueron siempre las letras, y a eso dedicó los últimos 30 años de su vida, especialmente después de la muerte de su hijo, el escritor Andrés Caicedo ( 29 de septiembre de 1951 - 4 de marzo de 1977, Cali) de quién se convirtió en su editor póstumo. Fue columnista de Occidente, El Tiempo y de este diario, por varios años, y hacía una columna en la que detectaba “gazapos” gramaticales, y hacía las correcciones correspondientes, terminando siempre con un versito, como el mismo decía. Lector incansable, logró transmitir a sus hijos y nietos el amor a la buena literatura, porque siempre fue un hombre de familia por encima de todo. Cumplió 90 años en junio pasado, y en esa fecha sus hijas le publicaron el compendio** de sus columnas periodísticas, las cuales sin lugar a dudas, son un sitio obligado para todos aquellos que quieran aprender y cultivar la lengua española. Sus restos mortuorios están siendo velados en la Casa de Funerales La Ermita- Centenario, y su funeral será hoy a las 10:00 a.m. en la Iglesia de Santa Mónica Norte y posteriores exequias en el Cementerio Metropolitano del Norte. Nuestros especiales sentimientos de pésame a sus hijas, Maria Victoria, Pilar y Rosario Caicedo Estela y a sus familias Engel Caicedo, Quevedo Caicedo, Rodríguez Caicedo y Mejía Caicedo.
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* EL PAÍS, Cali, Febrero 7, 2010. http://www.elpais.com.co/HOY/SOC/soc6.html
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** Nota de NTC ...: El 6 de junio 2009, celebramos con él sus 90 años y el lanzamiento de su libro "De mis ensueños y locuras". Y así lo registramos en esta página de nuestro blog.
- Memoria, Homenaje y Agradecimiento de Gabriel Ruiz A., María Isabel Casas y NTC ...
Sacándole el tiempo a las empresas en las que trabajo como directivo, su real pasión fueron siempre las letras, y a eso dedicó los últimos 30 años de su vida, especialmente después de la muerte de su hijo, el escritor Andrés Caicedo ( 29 de septiembre de 1951 - 4 de marzo de 1977, Cali) de quién se convirtió en su editor póstumo. Fue columnista de Occidente, El Tiempo y de este diario, por varios años, y hacía una columna en la que detectaba “gazapos” gramaticales, y hacía las correcciones correspondientes, terminando siempre con un versito, como el mismo decía. Lector incansable, logró transmitir a sus hijos y nietos el amor a la buena literatura, porque siempre fue un hombre de familia por encima de todo. Cumplió 90 años en junio pasado, y en esa fecha sus hijas le publicaron el compendio** de sus columnas periodísticas, las cuales sin lugar a dudas, son un sitio obligado para todos aquellos que quieran aprender y cultivar la lengua española. Sus restos mortuorios están siendo velados en la Casa de Funerales La Ermita- Centenario, y su funeral será hoy a las 10:00 a.m. en la Iglesia de Santa Mónica Norte y posteriores exequias en el Cementerio Metropolitano del Norte. Nuestros especiales sentimientos de pésame a sus hijas, Maria Victoria, Pilar y Rosario Caicedo Estela y a sus familias Engel Caicedo, Quevedo Caicedo, Rodríguez Caicedo y Mejía Caicedo.
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* EL PAÍS, Cali, Febrero 7, 2010. http://www.elpais.com.co/HOY/SOC/soc6.html
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** Nota de NTC ...: El 6 de junio 2009, celebramos con él sus 90 años y el lanzamiento de su libro "De mis ensueños y locuras". Y así lo registramos en esta página de nuestro blog.
- Memoria, Homenaje y Agradecimiento de Gabriel Ruiz A., María Isabel Casas y NTC ...
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Al final de está página, la columna de Alvaro Burgos sobre la partida de Carberto, "El Fisgón".
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Tarjeta de invitación
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ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
Y a los relacionados en: Ver todo mi perfil
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CARLOS ALBERTO CAICEDO ARBOLEDA
90 años. 6 de Junio, 1919 (Popayán)-2009 (Cali)
Celebración
Y lanzamiento de su libro
"DE MIS ENSUEÑOS Y LOCURAS"
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Pantalla proyectada en el salón. En el evento se realizó una presentación fotográfica sobre la vida y la familia de Carlos Alberto.
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Carlos Alberto Caicedo Arboleda y sus 90 Junios
----FOTOGRAFÍAS. ÁLBUM
(Tomadas por María Isabel Casas de NTC …)
Una a una:
https://photos.app.goo.gl/kNJCCKkTntmTJhhH8
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La primera corresponde a Prosas y la segunda a "Fisgoneos"
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Carlos Alberto durante el evento
Mosaico elaborado por NTC ...
(Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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Rosario, Pilar y María Victoria con su padre (y su nuevo hermanito, el libro).
Durante el evento se hicieron especiales menciones a Andrés Caicedo - 29 de septiembre de 1951 - 4 de marzo de 1977 -, hijo de Carlos Alberto.
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El brindis! Sus tres Marías lo rodean y celebran
....
Carlos Alberto con el poeta e ingeniero Bernardo Correa* y con Gabriel Ruiz (de NTC ...)
Viejos amigos. *Colaborador en la edición del libro.
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ENLACES.
*** Cumpleaños 87. Ver: NTC ... 231 , http://ntcblog.blogspot.com/2006_06_04_archive.html Numeral 3
*** Junio 10, 2009
Presentación de libro ‘De mis Ensueños y Locuras’ por Carlos Alberto Caicedo
EL PAÍS, Cali, Junio 10, 2009 Sociales . Fotos: Jorge Orozco http://www.elpais.com.co/historico/jun102009/SOC/
‘De mis Ensueños y Locuras’, así se titula el texto elaborado por Carlos Alberto Caicedo, cuya presentación al público se llevó a cabo el pasado 6 de junio, en las instalaciones del restaurante Cali Viejo.
Con este acto inaugural Caicedo también festejó sus 90 años de vida, rodeado del cariño de sus familiares, amigos y sus más fieles seguidores.
Reseña gráfica del acto social, ocurrido en esta ciudad.
Fotos y pie de fotos.
http://www.elpais.com.co/historico/jun102009/SOC/ : allí
Presentación de libro I , http://www.elpais.com.co/historico/jun102009/SOC/soc1.html
Presentación de libro II , http://www.elpais.com.co/historico/jun102009/SOC/soc2.html
Presentación de libro III , http://www.elpais.com.co/historico/jun102009/SOC/soc3.html
Presentación de libro IV , http://www.elpais.com.co/historico/jun102009/SOC/soc4.html
En http://picasaweb.google.com/ntcgra/CarlosAlbertoCaicedoArboleda90AnosYLanzamientoDeSuLibro se pueden ver imágenes del fragmento de la página publicada en EL PAIS y las fotos.
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Actualizó: NTC … / gra . Junio 7, 2009, 10:05 AM
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María Victoria Caicedo, María Elvira Bonilla (presentadora del libro), Carlos Alberto, y su nieto Andrés C. Rodríguez Caicedo, autor del prólogo que leyó en el acto (prox. video y texto aquí)
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14.2 x 21.5 x 0.8 cms. - 183 páginas. Impresora Feriva, Cali . Junio 2009
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Agradecimientos
A James Idrobo, a Bernardo Correa y a Ernesto Lenis por su colaboración en la edición de esta obra.
Fraternalmente un reconocimiento especial a Carlos Alberto Velasco Castro, por su compañía durante varias décadas y que hizo posible realizar este sueño.
A Vikita, mil gracias por las horas y horas dedicadas a corregir, editar y seleccionar, y sobre todo mil gracias por el cariño infinito, la paciencia y la compañía, sin los cuales este libro nunca hubiera visto la luz.
Agradecimientos
A James Idrobo, a Bernardo Correa y a Ernesto Lenis por su colaboración en la edición de esta obra.
Fraternalmente un reconocimiento especial a Carlos Alberto Velasco Castro, por su compañía durante varias décadas y que hizo posible realizar este sueño.
A Vikita, mil gracias por las horas y horas dedicadas a corregir, editar y seleccionar, y sobre todo mil gracias por el cariño infinito, la paciencia y la compañía, sin los cuales este libro nunca hubiera visto la luz.
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La foto original de la carátula. ++++
PRÓLOGO
ANDRÉS C. RODRÍGUEZ CAICEDO, Mayo 23, 2009
Prologar las aventuras literarias de Carlos A. Caicedo, o Bertoldo Casal y Cacero, como en una época le dio por "pseudonimarse" no es una tarea difícil: no hay manera de evitar comprender y admirar su amor por el lenguaje en cualquier interacción que se tenga con él. Desde pequeño ansiaba pasar los domingos por su casa. Mientras mi abuela no nos dejaba subir a los árboles, mi abuelo nos mostraba cómo protegemos la cara con el puño izquierdo (en caso de pelea) mientras lanzábamos el derecho, nos inducía a las delicias del español con retorcidos acertijos gramaticales; leía mis párvulas poesías con cara seria, y en general encontraba en nosotros los nietos unos contendientes a tomar en serio, no niños que debían ser vigilados hasta que se fueran a acostar.
En su largo caminar, habrá dejado tantas enseñanzas como buena literatura. Muerto su único hijo varón que alcanzó la adultez (si me puedo permitir esta audaz aseveración, muchos me contradirán), se atrevió a ir donde ninguna persona de su edad se había atrevido a ir: al centro del universo Caicediano. Trató de entender lo que había pasado entre él y su hijo a través de su literatura, aquel oficio que antes le había parecido desmerecedor de sus ánimos. Ahora; algunos dirán con remordimientos a las espaldas, yo digo con una humildad y pureza de corazón imposibles; se adentra en los libros de su hijo, en sus diarios, en sus cartas y comienza a salir él mismo pero renovado en la fe de quién fue su hijo. Es curioso, el mundo de las palabras nunca fue extraño para Carlos Alberto, no en vano viene de aquella ciudad blanca que le dio a Colombia tantos presidentes poetas. Pero la palabra en su hogar le era extraña. Tal vez su hijo fue el canal que unió esos mundos que habitaban desconectados en su interior. En este estudio concienzudo de la literatura de Andrés fueron saliendo joyas que nadie sabía que existían. Mi abuelo fue a su hijo lo que Max Brod fue a Kafka. El mundo conoció todo lo que Andrés Caicedo tenía que ofrecer gracias a Carlos Alberto Caicedo. Es muy importante anotar que este viaje al centro de la literatura de su hijo bien puede ser de las odiseas emocionales más difíciles de emprender. Se trataba de limpiar un camino lleno de párrafos hirientes y recuerdos malsanos, y de poco a poco recuperar la virtud dentro del dolor. Me comentaba un amigo hace poco que oyó en una librería cómo alguien decía: "¿Ya leíste el último de Caicedo?" El último. El último de un autor muerto hace más de treinta años. ¿Cómo hubiese podido Andrés publicar ese último libro sin Carlos Alberto? No lo sé. Creo yo que mi abuelo crió dos veces a su hijo. Una vez en carne y hueso, la otra en páginas, libros y palabras. Y a estas alturas, la última versión de crianza está completa. Puede ya estar tranquilo de lo que hizo a base de coraje y trabajo.
Lo interesante de esta aventura es que, como todas las cosas que se hacen con el corazón limpio, terminó fomentando en Carlos Alberto un amor imperioso por todas las cosas pertinentes y relacionadas con el lenguaje. Cómo no mencionar que a los setenta años entró a clases de literatura y lenguaje (filología incluida) en la Universidad del Valle. Todavía no soy capaz de imaginarme el choque cultural que Carlos Alberto fue capaz de desviar utilizando las mismas armas modestas que usó en el descubrimiento de su hijo. En esa época, subrayando su capacidad de trabajo, igual se tomaba un café en la cafetería básica de la universidad que volaba a Medellín a ver la obra de teatro que habían adaptado de su hijo, que viajaba solo a visitamos hasta San Francisco, California. De su aventura con el lenguaje surgen muchos y maravillosos “fisgoneos” en diversos periódicos de Colombia. De su amor absoluto con el lenguaje y el DRAE (el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española), quedaron disecados los múltiples usos de la gran mayoría de las palabras interesantes de nuestra lengua. El lenguaje no es el medio que se utiliza para expresar el amor o la angustia (por ejemplo) que se siente. Es al contrario, el amor y la angustia son la excusa perfecta para desenvainar la espada del lenguaje.
En la aventura que me he atrevido a narrar brevemente, hay un ausente hasta el momento, y es su literatura, que no debería tomar el asiento de atrás frente a ninguna otra. Su prosa, fácil, como una bailarina de movimientos agraciados que baila en frente mío, y yo lo único que tengo que hacer es observar, disfrutar. Su ficción me trasporta al Cauca, a los paseos a montar caballo a Silvia, las visitas de espanto a cuatro tías payanesas que parecían haber un hecho pacto con la muerte y no se morían, el columpio de vuelo. Sus ensayos, sus comentarios sociales, llenos de introspección y con los pies en la tierra, lúcidos ante todo:
Como cualquier estudiante pierdo exámenes. Me "rajo" y raciocino con una "rabia oculta en la tristeza" si fue porque no estudié, o quizás me "enredé en las espuelas" o, lo más probable, ya los varios años han comenzado a manifestarse en mi físico y, aun más triste, en mi intelecto. Sin embargo, una de las retribuciones más grandes es ver la cara atónita de mis nietos cuando a su pregunta "Papeto, ¿cómo te fue?" yo respondo: "¡Me rajé!"
Sus “fisgoneos” , los veo desde una óptica distinta. Creo que es lo que más le ha divertido hacer de todo lo que compone este libro. Verlo al frente del computador a los ochenta años, investigando si aquel uso de la palabra es preferible a este otro, llamando al autor de la nota fisgoneada, escarbando en revistas y diccionarios viejos para entender la genealogía de las construcciones lingüísticas que pretendía exponer para sus lectores. Los sonetillos, tirados encima de la nota como si fuera la ñapa. No deja de asombrarme la profundidad de su búsqueda intelectual a lo largo de las dos últimas décadas. Cuando a veces le mostraba yo errores evidentes en el periódico, me re-explicaba pacientemente la diferencia entre un error de dedo y un error fundamental en uso del español. Él iba detrás de los últimos, y mostraba poco interés en las presas fáciles de ortografía.
Finalmente, su poesía, mi favorita he de confesar. Resumo mi atracción en los primeros versos de una de sus poesías incluidas:
Y yo la vi pasar
y me dije: ¡Que pase!
Semejante desparpajo, semejante refresque. Su poesía me transmite asombro y deleite. Es como si el autor también estuviese asombrado de lo que es posible construir con palabras. El español es la novia vestida de blanco que acompaña al verso al altar. Como comer un mango muy dulce y sentir cómo su jugo se escurre por dentro de la boca. A pesar de que en este volumen se podrá leer poesía de todo tipo (hasta "moderna", cómo Carlos Alberto le llama, con un dejo de desdeño, a la poesía desprovista de forma), siempre; el juego de adultos que representa escribir un soneto estará presente. A través de su vida hubo versos para todo. Para confesar su amor, para lamer heridas, para festejar la fiesta empresarial de su yerno, para llorar los seres queridos.
Termino con una confesión que me hizo el autor no hace mucho: "¿Tú sabes, cada vez que yo empiezo una frase con como decía mi abuelo? No es cierto. Mi abuelo no decía mucho. Pero le da autoridad a lo que vas a decir, pues la gente piensa que son pensamientos curtidos por el tiempo". Yo me alegro de poder reportar que no necesito requerir a este truco. Mi abuelo, como lo podrán comprobar con este libro, dijo, dice y dirá mucho.
ANDRÉS C. RODRÍGUEZ CAICEDO (nieto de Carlos Alberto). Mayo 23, 2009
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ANDRÉS C. RODRÍGUEZ CAICEDO, Mayo 23, 2009
Prologar las aventuras literarias de Carlos A. Caicedo, o Bertoldo Casal y Cacero, como en una época le dio por "pseudonimarse" no es una tarea difícil: no hay manera de evitar comprender y admirar su amor por el lenguaje en cualquier interacción que se tenga con él. Desde pequeño ansiaba pasar los domingos por su casa. Mientras mi abuela no nos dejaba subir a los árboles, mi abuelo nos mostraba cómo protegemos la cara con el puño izquierdo (en caso de pelea) mientras lanzábamos el derecho, nos inducía a las delicias del español con retorcidos acertijos gramaticales; leía mis párvulas poesías con cara seria, y en general encontraba en nosotros los nietos unos contendientes a tomar en serio, no niños que debían ser vigilados hasta que se fueran a acostar.
En su largo caminar, habrá dejado tantas enseñanzas como buena literatura. Muerto su único hijo varón que alcanzó la adultez (si me puedo permitir esta audaz aseveración, muchos me contradirán), se atrevió a ir donde ninguna persona de su edad se había atrevido a ir: al centro del universo Caicediano. Trató de entender lo que había pasado entre él y su hijo a través de su literatura, aquel oficio que antes le había parecido desmerecedor de sus ánimos. Ahora; algunos dirán con remordimientos a las espaldas, yo digo con una humildad y pureza de corazón imposibles; se adentra en los libros de su hijo, en sus diarios, en sus cartas y comienza a salir él mismo pero renovado en la fe de quién fue su hijo. Es curioso, el mundo de las palabras nunca fue extraño para Carlos Alberto, no en vano viene de aquella ciudad blanca que le dio a Colombia tantos presidentes poetas. Pero la palabra en su hogar le era extraña. Tal vez su hijo fue el canal que unió esos mundos que habitaban desconectados en su interior. En este estudio concienzudo de la literatura de Andrés fueron saliendo joyas que nadie sabía que existían. Mi abuelo fue a su hijo lo que Max Brod fue a Kafka. El mundo conoció todo lo que Andrés Caicedo tenía que ofrecer gracias a Carlos Alberto Caicedo. Es muy importante anotar que este viaje al centro de la literatura de su hijo bien puede ser de las odiseas emocionales más difíciles de emprender. Se trataba de limpiar un camino lleno de párrafos hirientes y recuerdos malsanos, y de poco a poco recuperar la virtud dentro del dolor. Me comentaba un amigo hace poco que oyó en una librería cómo alguien decía: "¿Ya leíste el último de Caicedo?" El último. El último de un autor muerto hace más de treinta años. ¿Cómo hubiese podido Andrés publicar ese último libro sin Carlos Alberto? No lo sé. Creo yo que mi abuelo crió dos veces a su hijo. Una vez en carne y hueso, la otra en páginas, libros y palabras. Y a estas alturas, la última versión de crianza está completa. Puede ya estar tranquilo de lo que hizo a base de coraje y trabajo.
Lo interesante de esta aventura es que, como todas las cosas que se hacen con el corazón limpio, terminó fomentando en Carlos Alberto un amor imperioso por todas las cosas pertinentes y relacionadas con el lenguaje. Cómo no mencionar que a los setenta años entró a clases de literatura y lenguaje (filología incluida) en la Universidad del Valle. Todavía no soy capaz de imaginarme el choque cultural que Carlos Alberto fue capaz de desviar utilizando las mismas armas modestas que usó en el descubrimiento de su hijo. En esa época, subrayando su capacidad de trabajo, igual se tomaba un café en la cafetería básica de la universidad que volaba a Medellín a ver la obra de teatro que habían adaptado de su hijo, que viajaba solo a visitamos hasta San Francisco, California. De su aventura con el lenguaje surgen muchos y maravillosos “fisgoneos” en diversos periódicos de Colombia. De su amor absoluto con el lenguaje y el DRAE (el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española), quedaron disecados los múltiples usos de la gran mayoría de las palabras interesantes de nuestra lengua. El lenguaje no es el medio que se utiliza para expresar el amor o la angustia (por ejemplo) que se siente. Es al contrario, el amor y la angustia son la excusa perfecta para desenvainar la espada del lenguaje.
En la aventura que me he atrevido a narrar brevemente, hay un ausente hasta el momento, y es su literatura, que no debería tomar el asiento de atrás frente a ninguna otra. Su prosa, fácil, como una bailarina de movimientos agraciados que baila en frente mío, y yo lo único que tengo que hacer es observar, disfrutar. Su ficción me trasporta al Cauca, a los paseos a montar caballo a Silvia, las visitas de espanto a cuatro tías payanesas que parecían haber un hecho pacto con la muerte y no se morían, el columpio de vuelo. Sus ensayos, sus comentarios sociales, llenos de introspección y con los pies en la tierra, lúcidos ante todo:
Como cualquier estudiante pierdo exámenes. Me "rajo" y raciocino con una "rabia oculta en la tristeza" si fue porque no estudié, o quizás me "enredé en las espuelas" o, lo más probable, ya los varios años han comenzado a manifestarse en mi físico y, aun más triste, en mi intelecto. Sin embargo, una de las retribuciones más grandes es ver la cara atónita de mis nietos cuando a su pregunta "Papeto, ¿cómo te fue?" yo respondo: "¡Me rajé!"
Sus “fisgoneos” , los veo desde una óptica distinta. Creo que es lo que más le ha divertido hacer de todo lo que compone este libro. Verlo al frente del computador a los ochenta años, investigando si aquel uso de la palabra es preferible a este otro, llamando al autor de la nota fisgoneada, escarbando en revistas y diccionarios viejos para entender la genealogía de las construcciones lingüísticas que pretendía exponer para sus lectores. Los sonetillos, tirados encima de la nota como si fuera la ñapa. No deja de asombrarme la profundidad de su búsqueda intelectual a lo largo de las dos últimas décadas. Cuando a veces le mostraba yo errores evidentes en el periódico, me re-explicaba pacientemente la diferencia entre un error de dedo y un error fundamental en uso del español. Él iba detrás de los últimos, y mostraba poco interés en las presas fáciles de ortografía.
Finalmente, su poesía, mi favorita he de confesar. Resumo mi atracción en los primeros versos de una de sus poesías incluidas:
Y yo la vi pasar
y me dije: ¡Que pase!
Semejante desparpajo, semejante refresque. Su poesía me transmite asombro y deleite. Es como si el autor también estuviese asombrado de lo que es posible construir con palabras. El español es la novia vestida de blanco que acompaña al verso al altar. Como comer un mango muy dulce y sentir cómo su jugo se escurre por dentro de la boca. A pesar de que en este volumen se podrá leer poesía de todo tipo (hasta "moderna", cómo Carlos Alberto le llama, con un dejo de desdeño, a la poesía desprovista de forma), siempre; el juego de adultos que representa escribir un soneto estará presente. A través de su vida hubo versos para todo. Para confesar su amor, para lamer heridas, para festejar la fiesta empresarial de su yerno, para llorar los seres queridos.
Termino con una confesión que me hizo el autor no hace mucho: "¿Tú sabes, cada vez que yo empiezo una frase con como decía mi abuelo? No es cierto. Mi abuelo no decía mucho. Pero le da autoridad a lo que vas a decir, pues la gente piensa que son pensamientos curtidos por el tiempo". Yo me alegro de poder reportar que no necesito requerir a este truco. Mi abuelo, como lo podrán comprobar con este libro, dijo, dice y dirá mucho.
ANDRÉS C. RODRÍGUEZ CAICEDO (nieto de Carlos Alberto). Mayo 23, 2009
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Carlos Alberto Caicedo Arboleda. 90 años y lanzamiento de su libro
http://www.youtube.com/watch?v=ZRcixIIgadY
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http://www.youtube.com/watch?v=ZRcixIIgadY
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Próximamente otros videos de intervenciones
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Contracarátula
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Página 4 del libro. Incluye agradecimientos.
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CONTENIDO (Pag. 5)
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Página de inicio de la parte del libro correspondiene a Poemas.Página 4 del libro. Incluye agradecimientos.
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CONTENIDO (Pag. 5)
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La primera corresponde a Prosas y la segunda a "Fisgoneos"
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Carlos Alberto durante el evento
Mosaico elaborado por NTC ...
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Poema leído por su nieto Andrés C. Rodríguez Caicedo durante el evento.
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AUTORETRATO
Flaco como el Quijote,
y a la verdad no me pesa,
voy llevando al estricote
esta vida en sobremesa.
Terco como buen Caicedo
presumo de esta presea:
con coraje y con denuedo
me enamoro de una idea
Orejón por lo Arboleda
me parezco a un elefante.
Si zarcillos me pusiera,
presumiría de arrogante.
Sordo fiel matriculado
para bien o para mal.
A Dios gracias no he llegado
a ser sordo intelectual.
Como nunca uso corbata
ni camisa almidonada
mi figura se retrata
con una gran "pendejada".
y a pesar de los denuestos
que me hacen los amigos,
mis calzones llevo puestos,
los cojones en su abrigo.
Mis méritos poco a poco
perdieron, eso creo,
por la fama que de loco
con arrogancia paseo.
Como ya saldé mis deudas,
las de plata y las morales,
espero me abran las puertas
de los predios celestiales.
Flaco como el Quijote,
y a la verdad no me pesa,
voy llevando al estricote
esta vida en sobremesa.
Terco como buen Caicedo
presumo de esta presea:
con coraje y con denuedo
me enamoro de una idea
Orejón por lo Arboleda
me parezco a un elefante.
Si zarcillos me pusiera,
presumiría de arrogante.
Sordo fiel matriculado
para bien o para mal.
A Dios gracias no he llegado
a ser sordo intelectual.
Como nunca uso corbata
ni camisa almidonada
mi figura se retrata
con una gran "pendejada".
y a pesar de los denuestos
que me hacen los amigos,
mis calzones llevo puestos,
los cojones en su abrigo.
Mis méritos poco a poco
perdieron, eso creo,
por la fama que de loco
con arrogancia paseo.
Como ya saldé mis deudas,
las de plata y las morales,
espero me abran las puertas
de los predios celestiales.
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Página 119 del libro
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FOTOGRAFÍAS
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Más FOTOGRAFÍAS
Tomadas por María Isabel Casas de NTC …
Una a una:
FOTOGRAFÍAS
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Más FOTOGRAFÍAS
Tomadas por María Isabel Casas de NTC …
Una a una:
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Rosario, Pilar y María Victoria con su padre (y su nuevo hermanito, el libro).
Durante el evento se hicieron especiales menciones a Andrés Caicedo - 29 de septiembre de 1951 - 4 de marzo de 1977 -, hijo de Carlos Alberto.
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El brindis! Sus tres Marías lo rodean y celebran
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Carlos Alberto con el poeta e ingeniero Bernardo Correa* y con Gabriel Ruiz (de NTC ...)
Viejos amigos. *Colaborador en la edición del libro.
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ENLACES.
*** Cumpleaños 87. Ver: NTC ... 231 , http://ntcblog.blogspot.com/2006_06_04_archive.html Numeral 3
*** Junio 10, 2009
Presentación de libro ‘De mis Ensueños y Locuras’ por Carlos Alberto Caicedo
EL PAÍS, Cali, Junio 10, 2009 Sociales . Fotos: Jorge Orozco http://www.elpais.com.co/historico/jun102009/SOC/
‘De mis Ensueños y Locuras’, así se titula el texto elaborado por Carlos Alberto Caicedo, cuya presentación al público se llevó a cabo el pasado 6 de junio, en las instalaciones del restaurante Cali Viejo.
Con este acto inaugural Caicedo también festejó sus 90 años de vida, rodeado del cariño de sus familiares, amigos y sus más fieles seguidores.
Reseña gráfica del acto social, ocurrido en esta ciudad.
Fotos y pie de fotos.
http://www.elpais.com.co/historico/jun102009/SOC/ : allí
Presentación de libro I , http://www.elpais.com.co/historico/jun102009/SOC/soc1.html
Presentación de libro II , http://www.elpais.com.co/historico/jun102009/SOC/soc2.html
Presentación de libro III , http://www.elpais.com.co/historico/jun102009/SOC/soc3.html
Presentación de libro IV , http://www.elpais.com.co/historico/jun102009/SOC/soc4.html
En http://picasaweb.google.com/ntcgra/CarlosAlbertoCaicedoArboleda90AnosYLanzamientoDeSuLibro se pueden ver imágenes del fragmento de la página publicada en EL PAIS y las fotos.
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Actualizó: NTC … / gra . Junio 7, 2009, 10:05 AM
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Campana. Por: Álvaro Burgos Palacios ’
El País, Febrero 08 de 2010. http://elpais.com.co/HOY/OPN/opi5.html
Publica y difunde: NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia, Febrero 7 , 2010
Con la partida definitiva de Carlos Alberto Caicedo Arboleda se ha ido uno de los más vigorosos menejadores de la lengua que vivía en este Valle.
Nacido en Popayán tuvo tanto afecto por el idioma que logró contagiar de él a su hijo Andrés Caicedo y convertirse en una autoridad en cuanto a corrección idiomática, sentido del buen humor y alegría existencial. Discreto para publicar sólo dejó conocer en forma de libro algunas de sus anotaciones, las que su talento lo llevaban a hacerlas públicas.
A Carlos Alberto lo rodeaba, hasta cuando ello fue posible, un pequeño pero caluroso grupo de admiradores y amigos, allí estaban desde divulgadoras culturales hasta escritoras, desde autores de novela hasta poetas maduros, desde estudiantes hasta simples admiradores de su hijo, todos encontraban una palabra amable, un ademán gentil y una expresión reconfortante. Carlos Alberto Caicedo era tan generoso que alguna vez quiso regalarle un molino de piedra de siete toneladas -como el que tenía el sabio Caldas en su finca de Timbío- al poeta Medardo Arias. La donación se frustró pero no por falta de grúa.
Su capacidad como narrador oral era impresionante. Alrededor de su palabra era posible hallar los más amenos y simpáticos temas siempre salpicados de un buen vino.
Un tipo de personaje como sacado de una novela ejemplar de Cervantes que entregaba a sus amigos todo lo que sabía, y era muy vasto, sin el menor egoísmo. Muchos de sus ‘Fisgoneos’ tenían que ver con la donosura del lenguaje que él reclamaba a cada paso. Y cuando no la encontraba igual se burlaba simpáticamente de quien cayera en sus manos. Este tipo de personaje era común en otro tiempo en Popayán, personas que habían dedicado su vida a la docencia, la investigación lingüística o el trabajo de transcripción oral, generalmente sin más remuneración que el propio orgullo de hacerlo, eran comunes en otro tiempo en la Ciudad Blanca. Pero Carlos Alberto Caicedo ocupaba lugar destacado entre los que amaban el idioma. Una discusión con él sobre la aposición, la concordancia de número o cualquier otro tema gramatical, podía tomarse una tarde. Era sorprendente su capacidad de recursos y su infinita memoria para recordar expresiones literarias que fundamentaran lo que estaba diciendo. Perteneciente a la raza de don Rufino José Cuervo, este payanés insigne si los ha habido, nos dejaba boquiabiertos con su acerbo de conocimientos, su gracia para expresarlos. Que haya paz en la tumba de Carlos Alberto Caicedo Arboleda.
http://elpais.com.co/HOY/OPN/opi5.html
Publica y difunde: NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia, Febrero 7 , 2010
Con la partida definitiva de Carlos Alberto Caicedo Arboleda se ha ido uno de los más vigorosos menejadores de la lengua que vivía en este Valle.
Nacido en Popayán tuvo tanto afecto por el idioma que logró contagiar de él a su hijo Andrés Caicedo y convertirse en una autoridad en cuanto a corrección idiomática, sentido del buen humor y alegría existencial. Discreto para publicar sólo dejó conocer en forma de libro algunas de sus anotaciones, las que su talento lo llevaban a hacerlas públicas.
A Carlos Alberto lo rodeaba, hasta cuando ello fue posible, un pequeño pero caluroso grupo de admiradores y amigos, allí estaban desde divulgadoras culturales hasta escritoras, desde autores de novela hasta poetas maduros, desde estudiantes hasta simples admiradores de su hijo, todos encontraban una palabra amable, un ademán gentil y una expresión reconfortante. Carlos Alberto Caicedo era tan generoso que alguna vez quiso regalarle un molino de piedra de siete toneladas -como el que tenía el sabio Caldas en su finca de Timbío- al poeta Medardo Arias. La donación se frustró pero no por falta de grúa.
Su capacidad como narrador oral era impresionante. Alrededor de su palabra era posible hallar los más amenos y simpáticos temas siempre salpicados de un buen vino.
Un tipo de personaje como sacado de una novela ejemplar de Cervantes que entregaba a sus amigos todo lo que sabía, y era muy vasto, sin el menor egoísmo. Muchos de sus ‘Fisgoneos’ tenían que ver con la donosura del lenguaje que él reclamaba a cada paso. Y cuando no la encontraba igual se burlaba simpáticamente de quien cayera en sus manos. Este tipo de personaje era común en otro tiempo en Popayán, personas que habían dedicado su vida a la docencia, la investigación lingüística o el trabajo de transcripción oral, generalmente sin más remuneración que el propio orgullo de hacerlo, eran comunes en otro tiempo en la Ciudad Blanca. Pero Carlos Alberto Caicedo ocupaba lugar destacado entre los que amaban el idioma. Una discusión con él sobre la aposición, la concordancia de número o cualquier otro tema gramatical, podía tomarse una tarde. Era sorprendente su capacidad de recursos y su infinita memoria para recordar expresiones literarias que fundamentaran lo que estaba diciendo. Perteneciente a la raza de don Rufino José Cuervo, este payanés insigne si los ha habido, nos dejaba boquiabiertos con su acerbo de conocimientos, su gracia para expresarlos. Que haya paz en la tumba de Carlos Alberto Caicedo Arboleda.
http://elpais.com.co/HOY/OPN/opi5.html
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Complementaciones a Enero 6, 2011.
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CARLOS ALBERTO VELASCO CASTRO. ... - Cali, Dic. 22, 2011.
CARLOS ALBERTO VELASCO CASTRO. ... - Cali, Dic. 22, 2011.
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EL PAIS, Cali, Enero 5, 2011. Pag. C5.
.....
Bellos recuerdos y solidaridad!!!
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Fragmento de la página 4 del libro. La página 5 se presentó arriba.
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Los 87 años de Carlos Alberto Caicedo Arboleda
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Bellos recuerdos y solidaridad!!!
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Fragmento de la página 4 del libro. La página 5 se presentó arriba.
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Los 87 años de Carlos Alberto Caicedo Arboleda
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¡¡¡SALUD!!!; CARBERTO.
De izquierda a derecha: CARLOS ALBERTO CAICEDO (¡¡¡ 87 !!!), María Victoria Caicedo Estela (Vikita) y Carlos Alberto Velasco
Celebración y almuerzo.
Cali, Junio 6, 2.006
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¡¡¡ BUEN PROVECHO !!!, CARBERTO.
De izquierda a derecha: María Victoria Caicedo Estela (Vikita), Carlos Alberto Velasco, CARLOS ALBERTO CAICEDO (¡¡¡ 87 !!!) y Gabriel Ruiz.
Celebración y APETITOSO almuerzo.
Cali, Junio 6, 2.006
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RECORDANDO!
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Amigos, Gabriel , María Isabel y NTC …
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De: María Victoria Caicedo Estela.
Cali, Enero 6, 2012
Carvelasco, mi papá y Gabriel Ruiz fueron contertulios. Interminables las veladas en las que se discutía desde el por qué de la letra H, hasta las rimas de Popayán y muchísimas las carcajadas que compartimos.
En este cumpleaños 87, Carvelasco le hizo a mi padre un regalo muy especial: Un computador que yo conservo! Allí están todos los documentos que ellos compartieron y corrigieron, entre ellos el libro de mi papá y el de Carvelasco. En el de mi papá, el cual yo me empeñé en publicárselo en vida para que no sucediera lo de tantos parientes nuestros cuyos hijos publicaron sus escritos después de que habían fallecido, él se lo dedica con estas palabras: "Un agradecimiento especial a Carlos Alberto Velasco Castro por su compañía durante varias décadas y que hizo posible realizar este sueño".
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* Se actualiza periódicamente. Enero 6, 2011
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“Enetecear”: leer+escribir+navegar+compartir+colaborar+difundir+celebrar+agradecer+… (De RAE)
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