ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
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HAMBRE y VIOLENCIA.
Marzo 20 y 21, 2009. Cali.
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REGISTROS DEL DIARIO "EL PAÍS" de CALI, COLOMBIA
Páginas de Opinión y Revista GENTE No. 102, Marzo 27, 2009
Todas los fotografías son tomadas de la Revista
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Páginas de Opinión y Revista GENTE No. 102, Marzo 27, 2009
Todas los fotografías son tomadas de la Revista
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Rodrigo Guerrero, Oscar Collazos*, Carlos Palau y Julio César Londoño **
Página 2 de la Revista
*Para leer toda la conferencia ir a NTC … 300 , http://ntcblog.blogspot.com/2009_03_22_archive.html,
Página 2 de la Revista
*Para leer toda la conferencia ir a NTC … 300 , http://ntcblog.blogspot.com/2009_03_22_archive.html,
allí el enlace.
** Para leer la presentación de William Ospina por JCL ir a NTC … 300 , http://ntcblog.blogspot.com/2009_03_22_archive.html, allí el texto
---- Página 22 de la revista.
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Adolfo Vera-Delgado, Diego Pombo y Julio César Londoño-----
Germán Patiño* y Ómar Gordillo
* Para leer parte de los temas de la conferencia ir a NTC … 300 , http://ntcblog.blogspot.com/2009_03_22_archive.html, allí el enlace. ----
William Ospina* y María Elvira Bonilla (1)
*Para leer parte de la conferencia ir a NTC … 300 , http://ntcblog.blogspot.com/2009_03_22_archive.html, allí el enlace.
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(1) Al rescate del humanismo
Sagitario. Por: María Elvira Bonilla.
El País, Cali, Marzo 27, 2009 http://www.elpais.com.co/historico/mar272009/OPN/opi4.html
(1) Al rescate del humanismo
Sagitario. Por: María Elvira Bonilla.
El País, Cali, Marzo 27, 2009 http://www.elpais.com.co/historico/mar272009/OPN/opi4.html
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La convocatoria resultaba extraña. ‘Encuentro anual de confraternidad médica nacional sobre hambre y violencia’. Pues sí, resulta que todos los años se reúnen en Cali al menos 800 médicos de todas partes de Colombia a pensar no en las enfermedades y la muerte, avances científicos y medicamentos, sino en la vida y en el ser humano como un ser integral. Es un trabajo de rescate de la visión humanista del ejercicio de la medicina, tan ausente en estos días, en la que el paciente es el que importa, su bienestar y donde el afecto, la solidaridad y las consideraciones personales, espirituales, sociales y psicológicas son factores determinantes de su existencia. Entender el médico como un mensajero de buenas nuevas, de posibilidades y de esperanza y no como esa ave de mal agüero, imbuido de arrogancia y prepotencia derivada del conocimiento que vaticina y ordena.
Esta iniciativa de darle un sacudón a la visión pragmática, fría y distante, con el médico vuelto un esclavo del tiempo y de su saber, corre por cuenta del médico cardiólogo Adolfo Vera-Delgado, quien, en compañía del cineasta Paquico Ordoñez, emprende desde hace 19 años, cada marzo, este esfuerzo quijotesco de lograr un espacio de pensamiento, reflexión y goce estético en medio de la adversidad contemporánea. “Hoy somos un espécimen diferente del que alguna vez pudimos ser. Un día funesto equivocamos el rumbo (…)”, dice el doctor Vera-Delgado. “La práctica médica combina necesariamente las ciencias de la vida con el humanismo; es ciencia y es arte. Y hemos sido inferiores en la responsabilidad de entregarles a los jóvenes médicos instrumentos válidos para una formación académica con dimensión humanística. Para que asuman una actitud combativa y eminentemente ética frente a los fenómenos vitales del ser humano como son el dolor, la enfermedad, la discapacidad orgánica, su deterioro emocional y afectivo y, finalmente, su muerte. Pero rescatando los valores fundamentales, sus intereses vitales y su dignidad”.
Consecuente con esta preocupación, consigue que médicos, oncólogos, cardiólogos, neurocirujanos, dermatólogos, psiquiatras, los superespecialistas, cuelguen por un momento la bata blanca en el perchero para escuchar conferencistas de primera línea hablar de literatura, medio ambiente, arte e historia. Escuchar disquisiciones sobre las paradojas de la opulencia, del miedo que ronda y acorrala, pero también de gastronomía, de agricultura, del desafío que implica atajar la hambruna y la violencia que sigue siendo la amenaza de futuro de Colombia. Al pensamiento y la racionalidad le combinan exposiciones de arte, buena música en vivo y calidad teatral. Como dice Adolfo Vera, citando a Letamendi, “quien sólo de medicina sabe ni medicina sabe”.
Este matrimonio de medicina y humanismo, tan alentador y gratificante, hace explícito el camino equivocado que ha tomado la práctica médica en el país y tal vez en el mundo, que reclama recuperar la senda perdida para la que la expresión “qué médico tan humano” deje de ser la excepción y se convierta en un pleonasmo.
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La convocatoria resultaba extraña. ‘Encuentro anual de confraternidad médica nacional sobre hambre y violencia’. Pues sí, resulta que todos los años se reúnen en Cali al menos 800 médicos de todas partes de Colombia a pensar no en las enfermedades y la muerte, avances científicos y medicamentos, sino en la vida y en el ser humano como un ser integral. Es un trabajo de rescate de la visión humanista del ejercicio de la medicina, tan ausente en estos días, en la que el paciente es el que importa, su bienestar y donde el afecto, la solidaridad y las consideraciones personales, espirituales, sociales y psicológicas son factores determinantes de su existencia. Entender el médico como un mensajero de buenas nuevas, de posibilidades y de esperanza y no como esa ave de mal agüero, imbuido de arrogancia y prepotencia derivada del conocimiento que vaticina y ordena.
Esta iniciativa de darle un sacudón a la visión pragmática, fría y distante, con el médico vuelto un esclavo del tiempo y de su saber, corre por cuenta del médico cardiólogo Adolfo Vera-Delgado, quien, en compañía del cineasta Paquico Ordoñez, emprende desde hace 19 años, cada marzo, este esfuerzo quijotesco de lograr un espacio de pensamiento, reflexión y goce estético en medio de la adversidad contemporánea. “Hoy somos un espécimen diferente del que alguna vez pudimos ser. Un día funesto equivocamos el rumbo (…)”, dice el doctor Vera-Delgado. “La práctica médica combina necesariamente las ciencias de la vida con el humanismo; es ciencia y es arte. Y hemos sido inferiores en la responsabilidad de entregarles a los jóvenes médicos instrumentos válidos para una formación académica con dimensión humanística. Para que asuman una actitud combativa y eminentemente ética frente a los fenómenos vitales del ser humano como son el dolor, la enfermedad, la discapacidad orgánica, su deterioro emocional y afectivo y, finalmente, su muerte. Pero rescatando los valores fundamentales, sus intereses vitales y su dignidad”.
Consecuente con esta preocupación, consigue que médicos, oncólogos, cardiólogos, neurocirujanos, dermatólogos, psiquiatras, los superespecialistas, cuelguen por un momento la bata blanca en el perchero para escuchar conferencistas de primera línea hablar de literatura, medio ambiente, arte e historia. Escuchar disquisiciones sobre las paradojas de la opulencia, del miedo que ronda y acorrala, pero también de gastronomía, de agricultura, del desafío que implica atajar la hambruna y la violencia que sigue siendo la amenaza de futuro de Colombia. Al pensamiento y la racionalidad le combinan exposiciones de arte, buena música en vivo y calidad teatral. Como dice Adolfo Vera, citando a Letamendi, “quien sólo de medicina sabe ni medicina sabe”.
Este matrimonio de medicina y humanismo, tan alentador y gratificante, hace explícito el camino equivocado que ha tomado la práctica médica en el país y tal vez en el mundo, que reclama recuperar la senda perdida para la que la expresión “qué médico tan humano” deje de ser la excepción y se convierta en un pleonasmo.
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Victor Paz Otero* y Adalgiza Charria
* Para leer toda la conferencia ir a NTC … 300 , http://ntcblog.blogspot.com/2009_03_22_archive.html,
* Para leer toda la conferencia ir a NTC … 300 , http://ntcblog.blogspot.com/2009_03_22_archive.html,
allí el enlace.
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Hambre y violencia
En parroquia. Por: Beatriz López
El País, Cali, Marzo 25, 2009 http://www.elpais.com.co/historico/mar252009/OPN/opi5.html
Fueron dos días frenéticos, donde expositores de las más variadas disciplinas humanísticas presentaron una escalofriante radiografía sobre el tema propuesto en el 19 Encuentro Anual de Confraternidad Médica Nacional: ‘Hambre y Violencia’. Diría que, como se trataba de un foro de médicos, se practicó una profunda intervención quirúrgica a un mal endémico, inamovible y casi insoluble del país: la violencia, que ha producido uno de los más grandes e inhumanos desplazamientos y, como consecuencia, el hambre, que corroe los cinturones de miseria de las grandes urbes y los territorios habitados por etnias y minorías discriminadas.
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Fue un acto académico serio y con repercusiones internacionales, así los medios de comunicación locales y nacionales no se hayan dado por aludidos.
***
Un médico, José Félix Patiño, dos candidatos presidenciales, Sergio Fajardo y Marta Lucía Ramírez; un abogado, Gustavo Wilches; un político, Roy Barreras; un antropólogo, Germán Patiño; un poeta, Juan Gustavo Cobo; una alumna del Colegio Bolívar, M. Antonia Carvajal, y los escritores William Ospina y Óscar Collazos marcaron la pauta del evento que congregó a centenares de personas en el Intercontinental, el pasado fin de semana.
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Por razones de espacio sólo destacaré la intervención de Gustavo Wilches, quien se robó las palmas del auditorio cuando habló de los desastres ecológicos que se ciernen sobre la biodiversidad colombiana por cuenta del calentamiento global y del arrasamiento de selvas y bosques por parte del narcotráfico y de las fumigaciones de glifosato.
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Sergio Fajardo está afinando su discurso como candidato a la Presidencia, cuando dice que Colombia se mueve entre el miedo y la violencia, que la corrupción es el gran mecanismo de ruptura y que la seguridad no debe ser un fin sino un medio. Para rematar, que hay que cerrar la puerta de la violencia y, al mismo tiempo, la de la desigualdad social.
***
La más deliciosa de las conferencias fue la de Germán Patiño, cuando se refirió al canibalismo en tiempos de Cortes: Al escasear el avituallamiento de la soldadesca, se ‘merendaron’ los músicos. Las crónicas de Indias hablan de la dulzura del cerebro de Cabrera, el dulzaina y la suculenta nalga del que tocaba la chirimía.
***
Rodrigo Guerrero puso la nota optimista, con su proyecto de Vallenpaz. Soprendió el hecho de que para lograr el rescate, la educación y los cambios culturales de los campesinos de una zona tan caliente y pobre como el norte del Cauca, hayan tenido que hablar hasta con gente del ELN.
***
Paso a paso, con terquedad, entusiasmo y tenacidad, el médico Adolfo Vera ha logrado posicionar un evento que ya cumple 19 años y que sin duda se convertirá en un referente similar al Festival de Arte de Bogotá y al Hay Festival de Cartagena. Gracias a Adolfo por el homenaje de que fuimos objeto médicos, poetas, escritores, músicos, directores de teatro y cine y antropólogos. Y gracias a Isabella Prieto por sus generosas palabras sobre mi trayectoria como periodista.
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Hambre y violencia
En parroquia. Por: Beatriz López
El País, Cali, Marzo 25, 2009 http://www.elpais.com.co/historico/mar252009/OPN/opi5.html
Fueron dos días frenéticos, donde expositores de las más variadas disciplinas humanísticas presentaron una escalofriante radiografía sobre el tema propuesto en el 19 Encuentro Anual de Confraternidad Médica Nacional: ‘Hambre y Violencia’. Diría que, como se trataba de un foro de médicos, se practicó una profunda intervención quirúrgica a un mal endémico, inamovible y casi insoluble del país: la violencia, que ha producido uno de los más grandes e inhumanos desplazamientos y, como consecuencia, el hambre, que corroe los cinturones de miseria de las grandes urbes y los territorios habitados por etnias y minorías discriminadas.
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Fue un acto académico serio y con repercusiones internacionales, así los medios de comunicación locales y nacionales no se hayan dado por aludidos.
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Un médico, José Félix Patiño, dos candidatos presidenciales, Sergio Fajardo y Marta Lucía Ramírez; un abogado, Gustavo Wilches; un político, Roy Barreras; un antropólogo, Germán Patiño; un poeta, Juan Gustavo Cobo; una alumna del Colegio Bolívar, M. Antonia Carvajal, y los escritores William Ospina y Óscar Collazos marcaron la pauta del evento que congregó a centenares de personas en el Intercontinental, el pasado fin de semana.
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Por razones de espacio sólo destacaré la intervención de Gustavo Wilches, quien se robó las palmas del auditorio cuando habló de los desastres ecológicos que se ciernen sobre la biodiversidad colombiana por cuenta del calentamiento global y del arrasamiento de selvas y bosques por parte del narcotráfico y de las fumigaciones de glifosato.
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Sergio Fajardo está afinando su discurso como candidato a la Presidencia, cuando dice que Colombia se mueve entre el miedo y la violencia, que la corrupción es el gran mecanismo de ruptura y que la seguridad no debe ser un fin sino un medio. Para rematar, que hay que cerrar la puerta de la violencia y, al mismo tiempo, la de la desigualdad social.
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La más deliciosa de las conferencias fue la de Germán Patiño, cuando se refirió al canibalismo en tiempos de Cortes: Al escasear el avituallamiento de la soldadesca, se ‘merendaron’ los músicos. Las crónicas de Indias hablan de la dulzura del cerebro de Cabrera, el dulzaina y la suculenta nalga del que tocaba la chirimía.
***
Rodrigo Guerrero puso la nota optimista, con su proyecto de Vallenpaz. Soprendió el hecho de que para lograr el rescate, la educación y los cambios culturales de los campesinos de una zona tan caliente y pobre como el norte del Cauca, hayan tenido que hablar hasta con gente del ELN.
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Paso a paso, con terquedad, entusiasmo y tenacidad, el médico Adolfo Vera ha logrado posicionar un evento que ya cumple 19 años y que sin duda se convertirá en un referente similar al Festival de Arte de Bogotá y al Hay Festival de Cartagena. Gracias a Adolfo por el homenaje de que fuimos objeto médicos, poetas, escritores, músicos, directores de teatro y cine y antropólogos. Y gracias a Isabella Prieto por sus generosas palabras sobre mi trayectoria como periodista.
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